“Sintió como si estuviese dejando atrás su própio cuerpo, y, al entregarse al movimiento de las calles, al reducirse a una mirada, sería capaz de huir de la obligación de pensar,… El mundo quedaba fuera de él, a su alrededor, y a la velocidad con la que el mundo continuaba cambiando hacía que le fuese imposible atender a un asunto durante mucho tiempo. El movimiento era la ESENCIA de todo”.
En palabras de PAUL AUSTER, The New York Trilogy, 1990, dejo constancia de lo que viene. De lo que es. Surgen nuevas formas que solo parten donde nace el viento.
Es Ángela. Es Hernesto. Es el comienzo.
sábado, 16 de junio de 2007
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